sábado, 14 de junio de 2008

La Comida y el Sexo (I parte)

Prioridades.
La gente seria tenemos que tener prioridades, escalas, pirámides mentales que nos ayuden a elegir de forma automática lo que queremos hacer.
Prueben, desenfunden boli y bloc y propónganse ordenar sus preferencias. Multiples y diversas causas adornarán el papel, aficiones escondidas a nuestro entorno se rescolgarán en las primeras posiciones. Alguno se reconocerá a si mismo que prefiere echar la siesta a salir con los amigotes, o que la familia se encuentra algunos puestos por debajo con respecto al partido de los Sábados.

Pero lo que esta humilde pipa de calabaza espera que figure en las listas de todos los lectores de este blog son dos elementos indispensables de cualquier vida fructífera: La Comida y El Sexo.
Y aqui el orden de los factores si que altera el resultado, y podemos entablar una sana discusión al respecto.
Por mi parte la Comida es la que lleva la voz cantante sobre el Sexo.

Para empezar es más fácil disfrutar con la familia de la comida, por eso de que son ellos los que pagan cuando salgo a comer fuera. Y claro, comer fuera es un aspecto importante del disfrute gastronómico. Porque no es lo mismo el potaje de la madre en casa, que la comida de vanguardia en el restaurante chic. Ni mejor ni peor, distinto.
El sexo uno tiene que disfrutarlo aislado de la familia, y a parte tu padre no te paga los lujos. O sea, el polvo cochino con la facilona guarra del barrio lo tienes, pero cuando hay que recurrir a los tersos gluteos de la rubia embuchada en traje de lentejuelas no hay capital de veinteañero que pueda pagarlo. No digo que sea mejor, ni peor...tan solo distinto.

Además el sexo me da la impresión de que es más egoista que la comida. Me explico. El proceso de mejora en nuestra percepción sensorial de la comida se lleva a cabo de forma colectiva. No hay duda de que la ganadería y la agricultura ayudaron a incrementar el disfrute gastronómico de aquellos que solo comían bayas y los pocos bichos que cazaban a golpe de lanza. Así que el filete con ensalada fue un logro evolutivo. Agricultura+ganadería+fuego= filetico con pimientos.
Toda la sociedad se benefició del asunto. Del mismo modo el paso adelante dado por los reyes y sus cocineros a sueldo hicieron posible muchos de los guisotes que hoy en día disfrutan hasta las familias más pobres. Y qué decir de la cocina de vanguardia, impensable hace tan solo unas décadas.
No me cabe ninguna duda de que cada vez tenemos más opciones para disfrutar de la comida, nuevas texturas, nuevas formas de calentar la leche (no me digan que el microondas no es una revolución), nuevas reducciones de vinos, nuevas especias, nuevas combinaciones...y todo va calando, como las goteras, desde las clases más aventajadas en esto de la innovación culinaria hasta la planta baja de los paladares, ya saben los de "mamá, esto no me gusta", "yo la tortilla solo sin cebolla", "como en España no se come en ninguna parte" y "echarle salsa al filete, hay que ser tonto". Que parece que no, pero la evolución culinaria también ha tenido su efecto en ellos. Antes decían "poner carne en el fuego, hay que ser panoli", "eso de la patata y el tomate son mariconadas de los indios" y "vamos, lo que faltaba, a mi tortillita de habas le vas a echar esa mariconada de indio".
De aquí a unos años los comisquis comerán letras rellenas de sopa y deconstrucciones de albóndigas con tiramisú como si fuera lo más normal del mundo.

...Y sin embargo en el tema del sexo el desarrollo, la invención colectiva, ese afán de superación que lleva a las evoluciones, ese calar conocimientos desde las élites a las masas...es mucho más pequeño, por no decir inexistente. O sea...está todo inventado, otra cosa es que uno no lo sepa, o no lo haya probado.
La lucha en este caso es totalmente individual, la evolución al respecto sale del autoconocimiento y no de la innovación externa. Imagino que hubo en su momento alguna mejora, ya saben, del cuatro patas que tan bien nos muestran las pelis de trogloditas, al misionero tan pulcro y sano él, y toda la llegada del orientalismo, con las patas encima de los hombros, cadera retorcida, twister y demás...pero no hay ni comparación. Lo que tu haces en la cama no tiene mucha diferencia con lo que hacían tus abuelos (vaya imagen, ¿eh?), otra cosa es que el tabú que envuelve al sexo no nos deje verlo con tanta claridad.

Por otra parte nadie pone peros en comer con un amigo, la ciudad está llena de sitios donde las parejas comen unas junto a otras, e incluso al lado de familias donde el padre insiste a su hija con esa frase cargada de responsabilidad paterna: "cómetelo todo". Se come tres veces al día (por lo menos), nadie te hace elegir entre "carne o pescado", y sobre todo, y volviendo a lo de el orden de los factores, el sexo que viene después de una buena comida es de rango muchó más elevado que la comida que pueda llegar después del sexo.
Así que comed, no os cortéis!!.

Pd: Mañana empiezo la dieta, que me estoy poniendo fondón, y así no ligo ná.

3 comentarios:

Pinozor dijo...

¿Y por qué no se pueden hacer las dos cosas a la vez? Siempre puedes comerle a alguien to' lo negro...

Además de dieta deberías hacer ejercicio, sobretodo cardiovascular.

Pío dijo...

No estoy de acuerdo con el último párrafo; amancebarse con el estómago lleno no es una situación muy recomendable, más que nada por los cortes de digestión producidos por el ejercico.

No hay nada mejor que una buena sesión de sexo para abrir el apetito. Una vez terminada la actividad, queso manchego, jamoncito rico y un vinacho en condiciones para reponer líquidos y azúcares, siesta reparadora y otra vez a la cargaaaaaaaaaaaaaa!!!

sticky & sweet dijo...

Me gusta más el sexo que la comida. Sin embargo, la comida es más facil de conseguir.

 
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