viernes, 21 de mayo de 2010

España es funcionariado

No es que tenga una especial tirria a los funcionarios (supongo), lo que pasa es que me altera que tradicionalmente se les haya puesto por encima del bien y del mal.
"Oye, que he aprobado una oposición" dicen muchos cuando les recriminas su estatus de intocables. Como si un trabajo de por vida se pudiera ganar con un examen, independientemente de las necesidades del empleador.
Más rígido que la P de Nacho V.

"Siempre pagamos los mismos, van a por los más débiles" dice otra señora en la tele. Secretaria de Universidad pone en el pie de imagen. Tres desayunos al día, añado yo.
Hay que vivir en un mundo paralelo para, con un 20% de paro, decir que los funcionarios son los más débiles. Supongo que en la cabeza de los que protestan no existe la línea directa entre los bolsillos de los contribuyentes (que cada vez son menos) y sus salarios. No se dan cuenta de que, puesto que no se puede despedir a los malos e incapaces, que es el verdadero problema, pues habrá que bajarles el sueldo a todos.

Y aún así seguirán siendo unos privilegiados de un sistema injusto, un sistema donde los que trabajan para papá son recompensados con 14 pagas anuales, sueldos por encima del equivalente en la empresa privada, y cero control y capacidad de sanción por parte de los poderes públicos.
Un sistema donde ser eficiente es un plus, y no una condición.

"Pero es que tú si quieres también te puedes presentar a las opos".

Pues no señora, no quiero, porque me parece una mierda como funciona el trabajo público en este país, y lo que quiero es que se reforme y se haga eficiente, que deje de ser un timo. Que los médicos y los profes buenos ganen más pasta y tengan incentivos, y que los gandules se vayan a la calle, patada en trasero mediante. Que los inspectores de trabajo lo sean de verdad, que controlen e inspeccionen. Que los funcionarios del sello en el papel tengan que fichar y se les controlen las horas y el rendimiento.

Pero bueno, visto que en España quien no es funcionario, o está parado o quiere serlo, y que los sindicatos tienen un espíritu crítico que tiende a 0, seguiremos siendo un país de funcionarios, donde algún día la gente que paga a ese monstruo ineficiente se cansará, y entonces ya pueden rascar la caja, que no quedará ni un duro.

jueves, 28 de enero de 2010

O quizás

Otro día más.

Obviamente cuando se enumeran los días en lugar de disfrutarlos es que algo va mal. Quizás sea el estar en pijama hasta las 3 de la tarde, quizás sea el romper una dieta baja en hidratos de carbono con una pizza barbacoa o quizás quizás, sea tan solo el aburrimiento.

Aburrirse es tener la sensación de que lo que hacemos no es mejor que no existir. Que ni el segundo presente, ni el segundo pasado ni , quizás, el segundo futuro son, fueron o serán significativos ni excitantes. No nos aportan nada ni bueno ni malo. Lo malo es excitante e incita a los retos personales, pero lo neutro, la cara budista, la cara de quién lleva tanto tiempo conteniendo la alegría que ya no sabe mostrarla, eso es el aburrimiento.

Tú cuerpo está aquí, con gran hermano, con Belén Esteban, con tu habitación desordenada y con trozos de pizza alta en hidratos de carbono. Pero tu cabeza está viajando, pensando, imaginando, pero sobre todo recriminando y preguntando. Preguntando por qué. Por qué no haces algo, sales, conoces, descubres las grandes aventuras que tienes en la puerta de casa. Quizás un viajero en el bar de los chinos, quizás una oportunidad encontrada en un paseo aleatorio por la calle, quizás alguna señal en tu camino.

Pero, claro, las señales en los caminos solo se encuentran cuando se anda. O no. O quizás.


 
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